El inicio del camino de la infertilidad, siempre empieza con un deseo de maternidad. Puede ser que sea desde que somos pequeñas o a lo largo del ciclo vital.
Pero cuando empiezas el proceso y no llega ese bebé, el mensaje que hay a nivel social y cultural, es “no lo pienses mucho y ocurrirá”. Es decir, fomentamos ese pensamiento mágico, que rodea a todo el camino de la infertilidad.
Porque, el tiempo continua pasando pero no ocurre.
La actitud positiva puede estar bien, puede llegar a ser razonable el no darle muchas vueltas. Pero nos encontramos en una historia en la que se condiciona la realidad que nos rodea. Y es que aunque se suele fomentar ese «no te estreses» o «no te preocupes». La respuesta mas normal y funcional es estar preocupada.
Así desde muchos modelos terapéuticos se fomenta el realizar un trabajo únicamente cognitivo- conductual. En ellos, el objetivo sea “no pienses, no comuniques, no hagas» o «no pienses en un elefante rosa”.
Pero ¿Es posible no comunicar o pensar en algo que es importante para nosotras?
Después de mucho tiempo en el que te estas cuidando y se alarga en el tiempo, empiezan a aparecer agobios, dudas. ¿Que habré hecho mal? ¿He esperado demasiado? No tendria que haber…. ¿Será por mi peso? ¿Será porque no debo ser madre?En caso de tener creencias religiosas, porque Dios no me da esa oportunidad.
Cuando se empieza a plantear ese camino de la infertilidad, y nos planteamos ¿Porque no puedo?. En ocasiones, nos da por tener necesidad de control que nos responda a esta pregunta.
Así en ocasiones, nos informamos y empezamos a ver que estamos en un ambiente con mucha contaminación. Con muchos otros condicionantes, mas allá de la edad, y de lo que hacemos.
A lo mejor el sistema no facilita la actualización de los profesionales. Pero si que tenemos que plantearnos el no desmantelar las estrategias de afrontamiento de las personas, que les permiten entender lo que está pasando.
Y es que, muchas personas entran en ese bucle de querer hacer. Esa sensación de indefensión, ya que entre medias hay abortos, pero sin el tiempo para recuperarnos de ese duelo perinatal.
Es una lucha constante en cada fase del camino de la infertilidad. En la que hay dos fuerzas que luchan, entre protegerse y desconfiar vs ilusionarse y arriesgarse.
Cuando salimos de la clínica después de la trasferencia, esa incertidumbre se maneja de forma difícil, haciéndose pruebas de embarazo durante la espera…
Al final lo psicológico y lo corporal no es algo diferenciado, sino que esta completamente relacionado.