Experiencia traumática

Identificar la vivencia de una experiencia traumática y el impacto que ha tenido en la vida de las personas, ha sido posible gracias a la contribución de la neurociencia, psicopatología y neurobiología. Estas disciplinas ayudan a entender cómo el cerebro procesa el trauma y las experiencias traumáticas.

 Además, exploran cómo estas experiencias impactan el desarrollo y el comportamiento de las personas con su entorno. Así, el trauma psíquico es un fenómeno complejo que solemos clasificar de la siguiente forma: 

 – Traumas con T: Serían aquellos que vienen derivados de situaciones como accidentes de avión o coche, vivencias de elevada intensidad emocional inesperadas. Estos ponen en peligro la integridad de la persona. 

Traumas con t: nos referimos a situaciones acumuladas que a nivel psicológico supone una elevada intensidad emocional, pero que resultan mas complejos de identificar ya que no ponen en riesgo la integridad de la persona. Así, este tipo de traumas serían traumas emocionales, traumas por ASI. 

¿En qué consiste la experiencia traumática?

El trauma, derivado del griego “traûma” que significa “herida”, puede ser entendido como una lesión duradera producida por un agente externo que genera un choque emocional y deja una impresión negativa fuerte y duradera. Históricamente, el trauma psíquico ha sido malinterpretado y a menudo relegado al ámbito de lo sobrenatural o lo moral, reflejando una falta de comprensión sobre sus verdaderas consecuencias.

Características de la experiencia traumática

Las experiencias traumáticas se definen por su capacidad de abrumar los mecanismos de afrontamiento de un individuo. El trauma puede resultar de eventos como abuso, desastres naturales, accidentes o violencia. El cerebro humano, diseñado para adaptarse y sobrevivir, puede experimentar fallos en la captación de señales internas, dificultando la capacidad de registrar y procesar adecuadamente las emociones y sensaciones corporales.

El cerebro humano es una estructura compleja que se desarrolla en respuesta a las demandas del entorno. Necesita captar señales internas, crear mapas del mundo externo para satisfacer necesidades, producir energía y acciones necesarias, y detectar peligros y oportunidades. La adaptación al medio es esencial para la supervivencia y el bienestar.

El proceso de curación de la experiencia traumática puede compararse con la cicatrización de una herida física. Así como el cuerpo responde a una herida en la piel mediante inflamación, proliferación y remodelación, la psicoterapia del trauma implica estabilización, procesamiento de recuerdos traumáticos y reconexión. Este enfoque holístico es esencial para la recuperación emocional y mental.

La Importancia de la Interocepción

La sensación de estar a cargo de nuestra vida, comienza con la interocepción, que es el proceso de registrar señales internas del cuerpo. La alexitimia, o la falta de palabras para describir las emociones, es común en personas que han experimentado vivencias traumáticas. Así, para superar una experiencia traumática, es crucial convertir el conocimiento sin palabras en una narrativa consciente y articulada.

Cuando una persona experimenta una experiencia traumática, se activan mecanismos de defensa que buscan proteger la integridad psicológica de la persona. La respuesta emocional puede incluir sentimientos de alarma y peligro, similares a los que se experimentan ante una herida física. Asi, se genera una trauma emocional que condicionará la forma en que nos enfrentamos a otras situaciones del día a día.  

Estos mecanismos de protección son esenciales para la supervivencia, pero también pueden generar una sensación de elevado malestar si no se gestionan de manera funcional. 

Importancia del apego y la gestión de la experiencia traumática

El trauma en la infancia, especialmente cuando se relaciona con negligencia o falta de apego seguro, puede tener efectos de elevado malestar.  La sintonización emocional y la capacidad de los cuidadores para traducir y legitimar las emociones del niño son cruciales para la cicatrización psíquica. La falta de una respuesta adecuada puede llevar a la desvinculación y, en casos extremos, a la gangrena emocional.

Entre los enfoques terapéuticos destacados para el tratamiento de la experiencia traumática, se encuentra el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares). 

Esta técnica, desarrollada por Francine Shapiro, es poderosa y beneficiosa para integrar y procesar experiencias traumáticas. Proporciona un marco conceptual que guía a los clínicos en la práctica, más allá de un procedimiento paso a paso.

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